Yoga Nidra
El yoga del sueño consciente.
La persona que practica Yoga Nidra, puede relajarse de una manera profunda y, así, curarse en manera completa.
Su origen más puro hay que buscarlo en los estudios que de las escrituras tántricas que hicieron Swami Satynanda Saraswati y su maestro Swami Sivananda.
Se basa en entender que la mente tiene tres dimensiones (consciente, subconsciente e inconsciente), y la practica de yoga nidra, se encarga de sanar a nivel consciente las samskaras o impresiones mentales que todas las personas guardamos en nuestro subconsciente.
Al practicar el Yoga Nidra, la mente permanece en esa frontera que separa el sueño de la conciencia, pero permanecer en ese espacio no es tan fácil, ya que es habitual caer en el suño, la practica del Yoga Nidra permite permanecer en Nidra, que significa sueño consciente o pisiquico.
En este estado la mente esta abierta y receptiva, y podemos profundizar en nuestros miedos y conflictos y encontrar la sanación y solución para ellos.
La práctica del Yoga Nidra tiene los siguientes beneficios para nuestro organismo y nuestra mente:
- Conseguimos un grado de bienestar muy alto.
- Nos permite retomar el poder sobre nuestra vida.
- Nos ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro.
- Promueve el buen funcionamiento del sistema inmunológico.
- Reduce la presión sanguínea y regula el sistema nervioso.
- Elimina el estrés físico y emocional.
- Elimina el insomnio.
- Ayuda a superar adicciones.
- Ayuda a mejorar la memoria.
Para practicar el Yoga Nidra debemos colocarnos en la postura de Shavasana, una vez tumbados, y antes de iniciar la práctica propiamente dicha, debemos decidir qué aspecto de nuestra personalidad es sobre la que queremos influir tanto en sentido potenciador como en sentido correctivo. Esa intención debe resumirse en un enunciado breve que recibe el nombre de sankalpa y que debe ser enunciada en tres ocasiones.
Una vez tumbados así, y con los ojos cerrados suavemente y durante toda la sesión, iremos tomando conciencia mentalmente del espacio en el que nos encontramos, de sus cuatro paredes, del techo, del suelo, de nuestro cuerpo tumbado sobre el suelo... Lo que hay que procurar es, ante todo, adoptar una cómoda postura.
Una vez hayamos tomado conciencia de nuestro cuerpo, centraremos todas nuestra atención en la respiración. Constataremos como respiramos y lo haremos como si lo observáramos desde fuera, sin intentar modificarla en lo más mínimo.
La inspiración, durante la práctica, se convierte en una experiencia de plenitud y expansión. La espiración, por su parte, es una experiencia relacionada más directamente con la idea de relajación y de dejarse ir.
- Sin requisitos previos.
$ 400.-